Karadzic, ante el TPIY

Radovan Karadzic comparece por primera vez ante el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia, acusado de genocidio, crimenese guerra y lesa humanidad durante la guerra de los Balcanes.  Será la primera vez que le veamos con su aspecto real, ya sin la barba y las gafas que le han dado otra identidad durante 12 años.

Con ganas le espera el fiscal jefe, Serge Brammertz, que ya ha dicho que no escatimará esfuerzos para que no ocurra como con el expresidente Milosevic, que murió antes de ser condenado.

Como él, Karadzic ha optado por defenderse a sí mismo —“con la ayuda de Dios”, ha apostillado— en un juicio que se prevé largo —1 ó 2 años— y duro. En él se revivirán los capítulos más sangrientos de la guerra de Bosnia-Herzegovina y Karadzic tendrá que responder por un total de 11 cargos que suman decenas de miles de muertos y desplazados. Los más importantes, la matanza de Srebrenica y el asedio a Sarajevo, aunque también los secuestros de cascos azules y varios observadores internacionales.

El “carnicero de los Balcanes” comparece rodeado de una gran expectación en Serbia, donde sus seguidores siguen causando disturbios, y en toda Europa, que ha recibido con agrado la cooperación de las autoridades serbias y lo considera un paso de acercamiento a la Unión.

El siguiente en la lista es la mano derecha de Karadzic, su jefe militar Ratko Mladic, aún en busca y captura.

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